Quien escuche mi mensaje, el que siempre he repetido, pues es lo único que tiene sentido, es esta mi declaración.
El último frente de batalla ha desaparecido, perdidos ya ante la fuerza del rival
soy el sobreviviente, mal viviente que queda, que aun soporta esta desolación.
Las fuerzas disminuyen, sobrevivo aún, el piso aun no cede, la mirada no cae, pero deben saber
Aquel rival del otro lado, a quien enfrentamos, ha redoblado sus fuerzas, aun con mayor intensidad
Quien nos ha cercado
uno a uno los he visto, no ha resistido, no ha logrado continuar, y cada compañero perdido, significa el incremento potencial, de este tremendo contrincante.
La soledad ataca para nuestras lineas y aunque los refuerzos sigan llegando, solo conseguiran desaparecer ni bien cruzan los limites marcados en la disputa, cuando la orden cae, ni bien la agresión comienza.
Reflejando la realidad me encuentran estas lineas aun sin saber si debo luchar.
Esta batalla comenzo sin que yo me diera cuenta y antes que supiera ya estaba partiendo rumbo a un destino de combate.
No hay capacitaciones suficientes, las nociones básicas y lo que tengas en mente. Que se aprende rápido, que es sencillo. Eso dicen los expertos sobre el tema, aunque nunca se tiene certeza de que se sepa, nadie ha regresado ileso.
Aqui, de pie declaro lo ilógico de esta guerra descabellada. Esta enfrentación encarnizada, donde me han involucrado. No he luchado, he soportado, esperando y observando, para tomar partido. No me he rendido en mis investigaciones, cada hallazgo, cada confrontación me ha nutrido, me ha dado la siguiente pista, para deducir la verdad. No he sido capaz de ir más lejos, ni tampoco hallar los verdaderos motivos de esta dispuesta, pero he deducido que cuales sean ellos, es probable que no esté de acuerdo. Por eso esta declaración, esta suplica sincera, la más razonables de todas las excusas que he dado.
No puedo combatir. No quiero. No está en mi. La lucha que yo conozco es distinta, involucra superación, aprendizaje y crecimiento. Es una lucha interna para mejorar cada día, nadie pierde. Se gana siempre despertando cada mañana.
No continuaré su juego, la baja deshonrosa de sus lineas es mi orgullo. Mi mejor decisión.
hoy dejo las armas que me han dado, los miro por última vez y comienzo a caminar, traspasaré la linea de su batalla sin ofender a nadie. Por mi cuenta y a la espera. La esperanza de un cambio como compañía, y el refugio de mis pensamientos. Ya no lucho con odio, ya no me enfrento al amor.
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La soledad ataca para nuestras lineas y aunque los refuerzos sigan llegando, solo conseguiran desaparecer ni bien cruzan los limites marcados en la disputa, cuando la orden cae, ni bien la agresión comienza.
Reflejando la realidad me encuentran estas lineas aun sin saber si debo luchar.
Esta batalla comenzo sin que yo me diera cuenta y antes que supiera ya estaba partiendo rumbo a un destino de combate.
No hay capacitaciones suficientes, las nociones básicas y lo que tengas en mente. Que se aprende rápido, que es sencillo. Eso dicen los expertos sobre el tema, aunque nunca se tiene certeza de que se sepa, nadie ha regresado ileso.
Aqui, de pie declaro lo ilógico de esta guerra descabellada. Esta enfrentación encarnizada, donde me han involucrado. No he luchado, he soportado, esperando y observando, para tomar partido. No me he rendido en mis investigaciones, cada hallazgo, cada confrontación me ha nutrido, me ha dado la siguiente pista, para deducir la verdad. No he sido capaz de ir más lejos, ni tampoco hallar los verdaderos motivos de esta dispuesta, pero he deducido que cuales sean ellos, es probable que no esté de acuerdo. Por eso esta declaración, esta suplica sincera, la más razonables de todas las excusas que he dado.
No puedo combatir. No quiero. No está en mi. La lucha que yo conozco es distinta, involucra superación, aprendizaje y crecimiento. Es una lucha interna para mejorar cada día, nadie pierde. Se gana siempre despertando cada mañana.
No continuaré su juego, la baja deshonrosa de sus lineas es mi orgullo. Mi mejor decisión.
hoy dejo las armas que me han dado, los miro por última vez y comienzo a caminar, traspasaré la linea de su batalla sin ofender a nadie. Por mi cuenta y a la espera. La esperanza de un cambio como compañía, y el refugio de mis pensamientos. Ya no lucho con odio, ya no me enfrento al amor.