¿Buenas! ¿Cuántas veces intentamos una misma cosa sin éxito? Yo aún intento
levantarme todos los días y encontrar algo nuevo por lo que seguir. Acompáñenme...
Haré el mejor esfuerzo.

viernes, 16 de diciembre de 2022

A los ojos de la muerte

 

Hay gente que mira a la muerte de frente.

No es que no le teman, tan solo deciden acercarse lo más que pueden a ella, para mantenerla alejada, como si hubieran entendido que lo que mejor que se puede hacer contra un miedo, es mirarlo de cerca. Porque allí, en los detalles que se esconden en el temor, hay respuestas inimaginables.

Estas personas encuentran sin pretenderlo, verdades innegables. Y lo eligen, una y otra vez. Casi sin cuestionarlo, aceptando de buen agrado, los peores escenarios. Y delante de sí explotan las tempestades, se derrumban todas las certezas. Y allí continúan, eligiendo sin dudar un segundo, el sitio donde se sitúan. Porque pareciera que intuyen, que no hay mejor refugio, que no hay mejor lugar para estar, que donde están. Que no podrían ocupar otro espacio y que el mundo, podría romperse si se corrieran tan solo un centímetro de la existencia que ocupan. Pero eso no parece preocuparles y hasta actúan como si desconocieran tal mecanismo. Saben que son respuestas mayores que no les atañen. Que hay mil problemas que deben resolver antes. Y van a ello sin rodeos. Aprecian el tiempo y no lo desperdician, incluso podría decirse que lo aprovechan demasiado, hasta el punto de olvidarse de si mismos. Quizás ese es el secreto que les motiva. ¿Por qué vendría la muerte por tales personas? humanidades que actúan de manera desinteresada, esperando muy poco a cambio por lo que dan? ¿Para que quitaría a esos seres de la vida? Sería un pensamiento ridículo, una acción errada. O al menos eso creo yo. ¿pero que le importa a la muerte estos términos, estas conclusiones? Nada de la vida es importante a la hora de morir, tan solo las últimas horas, el último minuto, los últimos segundos. ¿Pero que pasa si estas personas insistieran aun en esas instancias en olvidarse de sus corporalidades y continuaran buscando aportar, contribuir al resto? ¿Qué las motiva en tales momentos? ¿Cómo son capaces de algo así?

No sé las respuestas a las preguntas que formulo, pero creo que hay que ser capaz de mirar a los ojos de la muerte de cerca, para poder encontrarlas.

domingo, 18 de septiembre de 2022

Despierta corazón

 

Estabas dormida para mis mentiras

despierta a la vida

era de noche, parecía de día

nadie se podía ocultar en fantasías...


Y yo vi, como vos

que mentir, me lastimaba a mi.

Y yo sentí, como vos

que sufrir, se parece a vivir.


Pero entendí, después que vos,

que no es lo mismo vivir que existir.

Y pude saber, al menos un instante,

todo lo que tenia por delante


y que si ese momento aprovechaba

podría al menos prepararme

pero no me garantizaba

estar a la altura de mi futuro errante.


Solo eso siempre he tenido

y eso que apenas tengo nada.

Y por lo que queda voy

y las sobras de hoy,

serán riqueza del mañana.


jueves, 18 de agosto de 2022

Tiempo fuera

 Te veo en los ojos de la mirada de un extraño

detrás del barbijo de un desconocido
te reconozco y me asusto
porqué sé que no podes estar allí

(pero mi corazón pega un salto
porque desea que estés allí)

Te sueño, una, dos, mil veces
con nitidez, claridad
pero aun asi,
no puedo escuchar tu voz.

Sé que voy a seguir buscándote
durante mucho tiempo
y que tardaré toda una vida
para reencontrarte

Que es probable que me distraiga
y me pierda un poco
(como siempre he hecho)
antes de encontrarte.

Pero sé que lo haré.
Porque la luna me recuerda
que si aun puedo ver las estrellas
verte de nuevo, no es tan imposible.


lunes, 20 de junio de 2022

teléfono descompuesto.

 ¿Existe algo más triste y solitario que el tono incansable de un teléfono que suena y suena pero nadie atiende? ¿Adonde muere la esperanza? ¿A las orillas de la incertidumbre? ¿Y que pasa si de repente lo inesperado sucede y alguien contesta? Nunca sucede, pero si así fuera, nunca es la voz ansiada. 

El error, la casualidad no fortuita, la equivocación. La mala noticia. El final aterrador. 

¿y que pasa en la mente de quien sostiene ese teléfono y escucha con sumisa atención el tono? Como un mantra inmutable que amenaza con revelar un secreto único, pero no cumple. Como si apretar el imaginario botón para cortar la comunicación solo fuera una actuación y aquel tono, aquella llamada nunca dejara de sonar, suceder. y fueramos nosotros incapaces de soportar la espera necesaria.

 Cinco minutos después de nuestro hastío están la respuestas. Siempre están allí. 

Resistir.