Miro el vacío que antes era tu presencia.
Observo la ventana que me llenaba de ti.
El paisaje, indiferente a mis cavilaciones, me devuelve su belleza cruel.
Me pierdo entre la mezcla de pensamientos que alguna vez tuve y exhalo,
intentado quitarme con ello, todas mis penas.
En vano recorro con la mirada cada rincón buscando la esperanza oculta, hace rato que su disfraz yace en el suelo todo arrugado.
La amargura de mis sentimientos invade mi paladar.
Todo cuánto pruebo me devuelve la misma sensación.
Me siento y aguardo. El tiempo se hace añicos a mi lado y su preciosa ilusión queda expuesta. La espera tan eterna cómo imaginaria, me deja sin recuerdos, sin sensaciones, sin nada.
Por fin me levanto y camino. Ya no estas en esa ventana, ni en mi mundo. Intentando aceptarlo vuelvo a inundar mi corazón de emociones. Solo así creo conseguir escapar...
levantarme todos los días y encontrar algo nuevo por lo que seguir. Acompáñenme...
Haré el mejor esfuerzo.
sábado, 23 de marzo de 2013
Una noche silenciosa.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario