Ni la guerra ni la paz
tampoco un tablero de ajedrez
no hay más
de lo que ves...
No prometo satelites,
ni geografias,
ni imperios o joyerias.
No repito cortesias
Algo vacilante,
devoto errante
en los dias claros
pensamientos iluminados
No el mejor partido
ni el jugador distinguido
el resagado y olvidado
cuya mente vuela en otros prados
un soñador que busca realización
un joven con predisposición
complice de la sinceridad,
versado en la soledad
como un libro guarda sus secretos
entre páginas
un escritor esconde sus talentos
entre las palabras.
Las tapas se dañan
se rompen, se gastan...
las letras perduran,
cuando realmente calan.
De principios testarudos
y caprichos benignos
de silencios bulliciosos
y complices sonrisas...
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