¿Buenas! ¿Cuántas veces intentamos una misma cosa sin éxito? Yo aún intento
levantarme todos los días y encontrar algo nuevo por lo que seguir. Acompáñenme...
Haré el mejor esfuerzo.

martes, 17 de mayo de 2016

Implora

Vengo a tus piernas a buscar redención, me arrastro, imploro, escuches mi oración
En todas partes he sido golpeado, soy las cicatrices que en mí han dejado. Quizas un monstruo, quizás. Suplico a la calidez de tus muslos, que me permitan acceder, al secreto que hace que ya no duela, que ya no sienta este ardor. Tu guardas las respuestas, ocultas en tu cuerpo y es mi imperativa misión, encontrar cada una de ellas. Vengo a rogar, por un poco de tu atención. Donde otros han lastimado te pido me concedas tus caricias, capaces de borrar las marcas invisibles que deja la memoria. Que el compás salvaje de lenguas, manos y nuestras pieles sea salvación. Donde tantos me han humillado, quiero que me digas si encuentras algo más que desprecio. Necesito saber si tus ojos ven más que los reflejos que me acechan en cada espejo al que me acerco. Acalla mis dudas con ternura, sin desesperación. Quiero que el tiempo nos haga a un lado y se olvide de nosotros. Tomarme todas las horas necesarias para recorrerte, cubriendo cada uno de los fragmentos que te conforman. Entrever en tu divina anatomia, la belleza del mundo que nos rodea. Descubrir las emociones inaccesibles para mí, en tu cintura. Ansio encontrar en la curva de tus senos, la generosa suavidad del consuelo. Un escondite, un refugio. No quiero tu caridad, pero no me avergüenza mendigar por tus besos, porque el justo valor que le otorgo a cada uno de ellos, es para mi, la riqueza más pura, la mas hermosa que pueda jamás obtener. Sé perfectamente que quizás no sea digno. Que no me corresponda ni siquiera un apice de tus sensuales misterios. Pero he de dejar el alma, el corazón y toda energia que sea capaz de reunir, en cada intento, en cada acercamiento que tengan nuestros cuerpos. Aun con la tácita barrera impuesta por las formas, me arriesgaré a golpear de lleno contra tu indiferencia, con insolencia me revelo ante ti, tal como soy. Una bestia, un animal. Un pecador sin religión que busca aun sus creencias y que dedicará la entera vida en retribuir con creces y en multiples formas, todo cuanto me otorgues. Solo pido que no pases de mi, que no me esquives. Tú no, por favor, tú no.