Vengo a tus piernas a buscar redención,
me arrastro, imploro, escuches mi oración
En todas partes he sido golpeado, soy
las cicatrices que en mí han dejado. Quizas un monstruo, quizás.
Suplico a la calidez de tus muslos, que me permitan acceder, al
secreto que hace que ya no duela, que ya no sienta este ardor. Tu
guardas las respuestas, ocultas en tu cuerpo y es mi imperativa
misión, encontrar cada una de ellas. Vengo a rogar, por un poco de
tu atención. Donde otros han lastimado te pido me concedas tus
caricias, capaces de borrar las marcas invisibles que deja la
memoria. Que el compás salvaje de lenguas, manos y nuestras pieles
sea salvación. Donde tantos me han humillado, quiero que me digas si
encuentras algo más que desprecio. Necesito saber si tus ojos ven
más que los reflejos que me acechan en cada espejo al que me acerco.
Acalla mis dudas con ternura, sin desesperación. Quiero que el
tiempo nos haga a un lado y se olvide de nosotros. Tomarme todas las
horas necesarias para recorrerte, cubriendo cada uno de los
fragmentos que te conforman. Entrever en tu divina anatomia, la belleza del mundo
que nos rodea. Descubrir las emociones inaccesibles para mí, en tu
cintura. Ansio encontrar en la curva de tus senos, la generosa
suavidad del consuelo. Un escondite, un refugio. No quiero tu
caridad, pero no me avergüenza mendigar por tus besos, porque el
justo valor que le otorgo a cada uno de ellos, es para mi, la riqueza
más pura, la mas hermosa que pueda jamás obtener. Sé perfectamente
que quizás no sea digno. Que no me corresponda ni siquiera un apice
de tus sensuales misterios. Pero he de dejar el alma, el corazón y
toda energia que sea capaz de reunir, en cada intento, en cada
acercamiento que tengan nuestros cuerpos. Aun con la tácita barrera
impuesta por las formas, me arriesgaré a golpear de lleno contra tu
indiferencia, con insolencia me revelo ante ti, tal como soy. Una
bestia, un animal. Un pecador sin religión que busca aun sus
creencias y que dedicará la entera vida en retribuir con creces y en
multiples formas, todo cuanto me otorgues. Solo pido que no pases de
mi, que no me esquives. Tú no, por favor, tú no.
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