Todos encuentran su lugar,
el sitio donde el
cuerpo reposar…
Caminan inseguros hasta llegar,
Muchos mirando hacia atrás…
Y allí bajo la sombra del árbol, consiguen descansar…
Algunos llegan sin pensar
Otros tardan para poder reflexionar.
Están los que buscan el camino,
Y los que con trampa lo intentan saltear
A veces es un abismo cruel
Una estúpida cuestión de fé.
El árbol no se mueve
El tiempo no lo conmueve
Sostenidos en la palma de su mano
Recorren la línea de su vida aleaotoriamente
Ningún camino inicia, ni termina
Avanzan o retroceden, creen algo empezar
Caídos de la divinidad
Añoran, recuerdan tiempo ha…
Esa plenitud que sentían
Esa comprensión sideral
Bailan, se agitan, mueven el cosmos en sus andanzas
Buscan en el cielo, lo que no creen que esté en la tierra
Observan, de cerca y de lejos
Creyendo encontrar en cada objeto su anhelo
Sonríen al entender su error
Nunca hay aprendizajes sin humor…
Allí es cuando lo ven
Y caminan hacia él…
Santos de su propia devoción
Giran a su alrededor
Santos, y no tanto,
imaginados para facilitar su comprensión
Sueños y colores
Extremos opuestos que dicen lo mismo
Soltad, volad, gritad…
Líneas entrelazadas misteriosamente
Allí caen, allí se sientan
Allí se refugian, allí se fortalecen
Allí lo comprenden, allí lo dejan ser
Allí se apaciguan, se calman
Allí mueren…
Y allí bajo la sombra del árbol, consiguen descansar…
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