Hemos perdido. Lo hemos hecho hace
mucho y solo hoy somos capaces de decirlo. Ustedes han ganado y solo
sentimos vergüenza por eso. Fue eso lo que nos cegó y nos
llevó a actuar de manera errática. Algunos siguen luchando una
guerra que terminó hace mucho. Una batalla que ya no tiene
sentido combatir. La hemos “perdido”, pero no todos pueden lidiar con eso,
darse cuenta. Ya no somos mayoría, ya las apariencias no alcanzan,
las tácticas y tretas de antaño perdieron toda su eficacia. Cambiar, adaptarnos, es primordial para nuestra supervivencia.
Aqui, yo me separo del resto, me paro a explicar que nunca
he combatido. Nunca entendí el motivo.
Hoy los molinos de viento son otros, el escenario de guerra es
nuevo, es virtual, urbano, es distinto. Los dinosaurios que hay que extinguir ahora son
solo escenografía a la cual hay que acercarse con las manos
extendidas para tocar, ver que no son reales y tirarlos abajo. La
guerra es interna, propia. Del corazón y sus acciones. De la mente y
sus prejuicios. De las ideas arcaicas que debemos jubilar de nuestros
cerebros. Hoy la batalla es despertar todos los dias y no olvidarlo.
De crecer, pero en la dirección correcta, en la que nos lleve a
explorar la totalidad de nuestras posibilidades.
Ustedes han ganado. Aunque no lo crean.
Pero no festejen. No es tan fácil. Ustedes lo han hecho con su propia
fortaleza, lo sabemos. No lo admitimos, pero todos lo sabemos.
Ustedes lo han hecho porque desde el principio esta batalla estaba
destinada a terminar así. Lo han hecho porque lo descubrieron y
tuvieron el valor de decirlo. Nosotros hemos perdido porque ya lo
sabiamos, pero no queriamos admitirlo. Hemos perdido porque decidimos
pelear. Pero no porque creyéramos en nuestra lucha, solo porque queríamos ganarles.
En el fondo siempre supimos que somos iguales a ustedes, pero
diametralmente distintos. Que son iguales, que no son objetos, que
no son inferiores, que son personas. Que quizás sean y siempre hayan
sido mejores que nosotros. Que debemos admirarlas y no repudiarlas.
Que enseñar y aprender son una misma cosa.
Yo me siento orgulloso de haber
perdido. Siento que en el fondo todos estamos ganando. Que ustedes lo
saben y nosotros de vuelta no lo queremos admitir. Que su lucha no es
tal, no es oposición, su lucha es para llevarnos a algo mejor. A lo
que debería haber sido siempre así. A entender eso que se nos
escapa todo el tiempo y que nos impide dejar de pelear. Estuvimos
mucho tiempo con aparente calma, pero intranquilos por dentro. Nunca
controlamos la situación, solo fingimos que lo haciamos. El papel
nos quedaba bien y luego lo adoptamos como identidad. Fuimos
inteligentes, evolucionamos nuestra interpretación hasta el punto
que nos lo creimos como una verdad universal e inamovible. Concedimos
entonces algunos favores para con ustedes, otorgandoles algo que
nunca nos perteneció. Repartimos algunos derechos, palabras vacias
de comprensión y unión. Contuvimos las batallas crudas bajo la
superficie, ocultas a vista de todos, para que nadie las descubriera
ni ventilara. El pudor, la vergüenza y el temor fueron las armas
utilizadas para este cometido. Pero ya están obsoletas, ya no
sirven. Ya todos lo vieron y nadie puede callarlo, aunque lo intente.
No tengo quizás el derecho de
aconsejarlas, porque no me lo han pedido. Pero de todos los
atrevimientos que el genero se ha tomado para con ustedes, el mio,
espero sea el menor, al brindarles esta recomendación: No sean como nosotros. No nos opriman por rencor, por las
heridas que en el alma no sanan tan fácil. No nos odien, aunque lo
merezcamos. No nos aborrezcan, no se conviertan en el monstruo que
hemos sido. Vuelvan a demostrarnos que hay algo superior a eso, que
las cosas pueden ser de otra forma. Dennos lo que nosotros no les
hemos dado nunca: la dignidad y el respeto que debe tener una persona
para con otra.
En estos frentes no he combatido, por
lo menos de manera conciente al intentar descubrir las razones de
esta disputa. Me lo han pedido, me han solicitado que defienda
la causa, de buenas y malas maneras. Pero no he cedido, hasta ahora. Este es mi ataque, esta es mi postura.
Esta es la primera y última acción bélica que desarrollaré en
esta guerra de sexos, humanidad, derechos y falta de respeto
concensuada y sostenida en el tiempo.
Hemos perdido, ellas han ganado. Pero
la victoria es para todos. Toda guerra tiene alguien que se para a
pedir paz, como un loco al que nadie quiere escuchar. Espero haber
engañado suficiente a su intelecto para lograr que lo escucharan, esta vez
Ustedes Mujeres, nosotros Hombres ¿Y
todo lo que hay en el medio?
Ustedes Hombres, nosotras Mujeres ¿Y
todo lo que perdimos por discutir quien tiene la razón?
Ustedes caballeros, nosotras damas.
Ustedes Ballet, nosotros futbol ¡¿QUÉ?!
Ustedes Ballet, nosotros futbol ¡¿QUÉ?!
Ustedes machos, nosotras perras.
Ustedes hembras, nosotros bestias.
Ustedes princesas, nosotros Reyes
Ustedes principes, nosotras Reinas
Ustedes la peor basura del mundo,
nosotros la peor escoria.
Ustedes nada, nosotros todo.
Ustedes básicos, nosotras superadas
Ustedes resentidas, nosotros
resentidos. Todos resentidos.
Basta.
Ni nosotros ni ustedes.
TODOS NOS
TENEMOS QUE HACER CARGO.
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