¿Buenas! ¿Cuántas veces intentamos una misma cosa sin éxito? Yo aún intento
levantarme todos los días y encontrar algo nuevo por lo que seguir. Acompáñenme...
Haré el mejor esfuerzo.

sábado, 11 de agosto de 2012

ABUELA

Una sola vez me quedé sin palabras. Fue aquella última vez en que te dí la mano. No pude decirte nada, ni siquiera contarte que era yo. Hasta el día de hoy me persigue la intriga. ¿Sabias que era yo? ¿Escuchaste acaso lo que mi boca no podía decir, lo que esa fuerza contenida, trasmitía?

De chiquito casi no nos hablabamos, los 2 teniamos nuestro caracter y no ibamos a ceder. El cariño genuino a veces toma formas particulares para expresarse. Entre viajes y traslados, hay recuerdos mezclados pero siempre de alguna manera estabas presente. Cuando volvimos y luego, vos viniste acá, volvimos a conocernos y a respetarnos. Creo que los dos estabamos más grandes...

Tus papafritas siempre van a ser las mejores, y tus pancitos, mi debilidad eterna. No era solo el exquisito sabor lo que másme gustaba, sino las escapadas para que Mamá no viera que me dabas algunos de contrabando, calentitos aunque la vieja dijera que hacian mal.

A veces parecía que no nos entendiamos, pero cada tanto me doy cuenta que quizás, me entendías mucho más de lo que yo creía. Sonrio cada vez que pienso en eso.
Hay muchas cosas que me gustaría que vieras, que leyeras de mí.

Tengo una carpeta con textos del Abuelo, cartas y recortes del periodico. Me voy a sentar a descubrirlo uno de estos días, sé que tengo que dedicarle su debido tiempo.

Hoy, viniste a mí en una charla, y me di cuenta de cuanto nos pareciamos, cuanto hay de mí, que también viene de vos.

Hoy trato de cocinar, lo disfruto. Algún día haré los pancitos... Pero no creo que las papas fritas me queden tan ricas.

Te mando un beso, Abuela...

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