A vos, que me quitaste el sueño
que me amarras despierto
en este indefinido iterludio,
este terrenal purgatorio.
A tu silencio,
que tanto conozco...
a lo que te digo
aunque no escuches
A la sombra que le susurro
creyendo verte.
A aquella ausencia demente,
que no acepto facilmente.
A aquel momento,
donde fuimos separados
donde el mundo nos alejó
y nos dejó abandonados
a la suerte, que se rie,
la desgracia que me acompaña
a la ilusión que no me abandona,
la terquedad que me mantiene vivo...
a las emociones que me sostienen,
las locuras que se me ocurren
al tiempo que pasa
sin siquiera demorarse en rozarme
A todo el universo que contempla
indiferente, todas mis piruetas
mis fallidos intentos,
mis fracasos rotundos
A todo ello que se ha interpuesto
entre nosotros
a todos ellos los culpo
pero a ti te perdono.
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